Sin querer menospreciar a nadie, hay científicos y luego tenemos una raza especial de cerebros continuamente en peligro de extinción -porque nacen de mucho en mucho- que destacan sobre el resto. Un ejemplo es Stephen Hawking, ese erudito al que admiro profundamente, además de por sus contribuciones a la física y la cosmología, también por su gran espíritu de lucha y sus épicas frases que a fin de cuentas son en cierta manera otra parte de su obra.
La vida de Hawking no ha sido fácil. Se ha desarrollado entre enfermedad, depresión y descubrimientos. Con tan sólo 21 años le diagnostican esclerosis lateral amiotrófica, y los médicos le dan poco tiempo de vida. Pero no se rinde, continua con su investigación sobre la relatividad general y cosmología y contra todos los pronósticos en 1966 acaba su doctorado. Esto, descubrir el placer que sentía al avanzar en sus investigaciones, le salvó de la muerte. No solamente eso, alargó su existencia hasta los 69 años que tiene en la actualidad.
El resto de la historia, o al menos lo más importante, es bien conocida. En los siguientes años el físico sigue trabajando en la teoría general de la relatividad y la teoría cuántica dedicando cuerpo y alma, con muchos altibajos de salud por el camino (incluido quedarse sin voz por una traqueotomía de urgencia o postrado en una silla de ruedas). Hasta que empiezan a llegar las mieles: en el 74, ante un grupo de especialistas, postula que los agujeros negros emiten radiación (hoy conocida por radiación de Hawking en su honor), conclusión a la que llega utilizando la teoría cuántica junto a la relatividad general y técnicas matemáticas propias. A los allí presentes, escépticos en un primer momento, no les queda otra que darla por buena debido a la solidez de los argumentos del joven científico.
De ahí en adelante su trabajo se centra en intentar aproximar la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica (aunque ya se ha dado por vencido), diseminando por el medio importantes teorías sobre la singularidad del Universo, el Big Bang y muchas otras que revolucionaron la física y abrieron nuevas puertas a la investigación del cosmos.
Tras esta brevísima radiografía, os dejo con algunas de sus citas y frases más célebres por las que será recordado a lo largo del tiempo además de por sus grandes aportaciones a la ciencia en forma de fórmulas y teorías.
Dado que existe una ley como la de la gravedad, el universo pudo crearse a sí mismo de la nada, como así ocurrió. La creación espontánea es la razón de que exista algo, en vez de nada, de que el universo exista, de que nosotros existamos. No es necesario invocar a Dios para que encienda la mecha y ponga el universo en funcionamiento.
Einstein se equivocaba diciendo que “Dios no juega a los dados con el universo”. Considerando las hipótesis de los agujeros negros, Dios no sólo juega a los dados con el universo: a veces los arroja donde no podemos verlos.
Cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola [en relación a la Paradoja de Schrödinger]
El peligro radica en que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente, o al prójimo, aumenta a mucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder.
Uno no puede discutir con un teorema matemático.
La raza humana necesita un desafío intelectual. Debe ser aburrido ser Dios, y no tener nada que descubrir.
Debemos intentar comprender el comienzo del Universo a partir de bases científicas. Puede que sea una tarea más allá de nuestras capacidades, pero al menos deberíamos intentarlo.
Limitar nuestra atención a cuestiones terrestres sería limitar el espíritu humano.
Preguntarse qué había antes del Big Bang es como preguntarse qué hay al norte del polo norte.
La vida sería trágica sino fuera graciosa.
He notado que aun la gente que dice que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle.
Los virus de computadoras deberían ser considerados como vida. Pienso que esto dice algo acerca de la naturaleza humana, que la única forma de vida que hemos creado es puramente destructiva. Hemos creado una forma de vida a nuestra imagen y semejanza.
Casi no he conocido matemáticos que razonen.
Sólo somos una raza avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio. Pero podemos entender el universo. Eso nos hace muy especiales.
Inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios.